La climatología del valle del Ebro es idónea para el cultivo de ciertas variedades de manzana por sus inviernos fríos y sus veranos soleados. Los frutos presentan un grado óptimo de azúcar. Las variedades más cultivadas son Gala y Fuji por su intenso sabor y su crujiente textura, virtudes que las han llevado a ser las más demandadas por el consumidor final. Su consumo aporta al organismo vitamina C, quercetina, pectina, sales minerales y fibra. Es un poderoso desintoxicante. An apple a day keeps the doctor away.